14 enero 2014


Vivimos también en la época en la cual vuelve a retornar, con distintas variaciones, aquella fórmula presente en Heidegger: “Sólo un Dios puede salvarnos”. Más allá de sus constantes en la explotación de la fuerza de trabajo bajo la forma de mercancía, también es difícil saber de qué Dios se habla en esa fórmula, si aún es el que pertenece a las religiones del libro o se está promoviendo desde un nuevo lugar, lo que podríamos designar como un “significante nuevo”. Lo cierto es que antes las creencias religiosas flotaban en el orden público y era el sujeto en su intimidad el que eventualmente se permitía ponerlas en duda, ahora puede pasar que todo el mundo se presente como “agnóstico, liberal, pragmático, etcétera...” y luego es en su foro interno donde se interroga por el sentido de la vida, que según Freud es el principio mismo de la neurosis en su equivalencia con la religión. También este puede ser el motivo por el cual Lacan profetizó: la religión vencerá. (Jorge Alemán)