09 enero 2014


Sí, también vivimos en el mundo del orden e incluso de la racionalidad del neoliberalismo que se impone a partir de un conjunto de dispositivos que podríamos considerar como modos de producción de la subjetividad. Esos procedimientos dominantes de la subjetivación de la vida: la vida vista como una empresa que se debe gestionar y ser juzgada en sus rendimientos, como una gestión de recursos del cuerpo, la salud, el cerebro, etcétera, que de un modo regular necesita de la asistencia del manual de autoayuda, el coach, el personal trainer, el monitor espiritual, etcétera. Pero este “emprendedor de sí mismo” contiene su reverso implícito: el deudor confrontado de un modo inédito a un acreedor que lo somete a una deuda impagable, que además de un modo subrepticio fue obligado a contraer. Es sorprendente al respecto, observar a las naciones enteras capturadas en ese movimiento que Freud llamaría “superyoico”. (Jorge Alemán)