28 febrero 2013


Claro que lo nuevo cada vez se mantiene menos tiempo nuevo, se vuelve obsoleto cada vez más rápido. El ideal de progreso tiene un aspecto letal y es que el culto por lo nuevo hace que el propio sujeto pueda devenir prontamente caduco. Guy Debord, en los albores de la década del sesenta, decía que un nuevo valor había surgido: no era ya ni ser ni tener, sino: aparecer. Valor que desestima cualquier consistencia ya que sólo lo que aparece se aprecia como bueno. La aceleración de la decadencia de toda novedad puebla nuestro universo de objetos que hay que desechar de prisa para reemplazarlos por los del último modelo. Esto incide notablemente en los lazos amorosos: ante la menor decepción, lo “nuevo” será siempre visto como mejor. (Silvia Ons)


27 febrero 2013


¿Cómo podría ese tanto que se llama a sí mismo Yo/ atreverse a comprender su innumerable Quién? (E. E. Cummings)


26 febrero 2013


Parecería, por lo que se ve, que no hay manera de reflexionar sobre la escritura poética sin establecer leyes universales que digan qué es la poesía o cómo es o debe ser la poesía, en cualquier tiempo y lugar, en los tiempos actuales o en el reino de las esencias. Fallan, por supuesto, no pueden no fallar, pero no es ese el problema (siempre de algún modo se falla) sino la autolimitación –una disminución de las posibilidades de pensar las cosas− en las que el narcisismo, el afán de competencia o la necesidad de seguridades, nos entrampan.


25 febrero 2013


Sólo tumbos/ retumbos/ lentas leznas acerbas/ ambivalentes menos/ poros secos/ desbastes/ fofo hartazgo termita y asco verde/ exapoyos/ maltrueques// Sólo esperas que lepran la espera del no tiempo (Oliverio Girondo)


24 febrero 2013


La victimización rara vez humaniza a sus víctimas. Ser una víctima no garantiza autoridad moral. (Zygmunt Bauman)


23 febrero 2013


Como si al sacarse un par de zapatos embarrados alguien creyera que se ha librado de la humedad y la suciedad sin siquiera ocurrírsele que, a través de las medias y aun de las plantillas de esos mismos zapatos, se han colado el agua, la tierra, las porciones de microbios, y que han penetrado, antes de que tenga tiempo de ir a lavarse, por la misma razón de deshacerse esa mugre, las plantas de los pies, en la carne, pasando más allá de la piel para seguir hasta calar en los huesos, el resto, que no por menos grueso que la capa de barro inicial sino, al contrario, por mucho más fluido e impalpable, fácilmente se abre camino para adentro. (Susana Cella)


22 febrero 2013


Los callejones sin salida significan, bajo una u otra vestimenta, no lograr desprendernos de lo que nos pertenece, aunque tratemos de arrojarlo afuera. (Alberto Girri)


21 febrero 2013


Vas a verme,/ me ves,/ y no sé qué verás./ Sea lo que sea,/ más allá de lo que veas/ siempre estoy yo además.// Sentarse y dejar entrar. (Mirta Rosenberg)


20 febrero 2013


Me llamo comunista, o cristo-comunista, o anarco-comunista, porque obviamente no pienso en la posibilidad de una revolución comunista mundial hoy, sobre todo porque los otros son demasiado fuertes. Pero creo que se trata de difundir un ideal de sociedad alternativa. Entonces, me parece que es importante trabajar sin la ilusión de transformar el sistema de un solo golpe, pero intentando reducir el daño, por ejemplo obstaculizando el desarrollo industrial en zonas en que implica destrucción del medioambiente. Limitar el daño, éste es mi programa político. (Gianni Vattimo)

19 febrero 2013


Por una red eterna de palabras vividas/ que sostienen luminosas el día,/ cruzamos sucesivos./ Por una selva clara de vivos nombres/ a mitad de camino hacia apagarnos,/ somos los forasteros transitivos,/ los huéspedes hablados. (César Mermet)


18 febrero 2013


El arte es fetichista: se sitúa en el vértigo de una posición del sujeto en que “a punto está” de ver aquello que no puede ser visto; y en que esa visión, que es ceguera, perpetuamente queda diferida. Es como si el arte −el artista, su obra, sus personajes, sus espectadores− se situasen en una extraña posición, siempre penúltima respecto a una revelación que no se produce porque no puede producirse. De ahí que no haya “última palabra” de la obra artística −ni sea posible decir de ella ninguna palabra definitiva. Hace de ese instante penúltimo un espacio de reposo y habitación: justo el tiempo de duración de la ficción. (Eugenio Trías)


17 febrero 2013


El pudor se debe romper con/ parsimonia. Si se hace mal es como el grito,/ la alta voz con que habla el que no oye/ y hace el hablar imposible. (Osías Stutman)


16 febrero 2013


La supresión de lo irrepresentable –o, como quería el pintor ateniense, la voluntad de simbolizarlo, de presentarlo positivamente− en el modo de una subordinación estética de la existencia es el gran acabado totalitario, su dimensión antipolítica más honda –me pregunto cuánto de esto ha heredado la democracia que se autorrepresenta en los media. Lo propiamente irrepresentable, la cuerda que pulsa el diablo para romper el todo, es la libertad. Sólo como preservación de una “pluralidad irrepresentable”, sólo como presentación negativa de lo irrepresentable, sólo anteponiendo el diablo a la violencia del símbolo [“diablo” según la significación que tenía el término en griego: desavenir, imposibilidad de reunir, desacordar, antónimo de “símbolo”, que es reunión de lo separado o roto] y la nada al terror del fundamento, evitan los hombres el sacrificio de sí mismos, de lo que pueden ser y de lo que pueden concebir. (Diego Tatián)


15 febrero 2013


Olvidar una letra/ al escribir una palabra/ es abrir una puerta/ donde no había ninguna.// Y aunque es fácil tapiarla,/ el lugar donde hubo una puerta/ ya nunca será el mismo/ y adentro de la palabra/ seguirá pasando una ráfaga de sentido olvidado.// Una omisión, el error,/ crea a veces una brecha/ en el rotundo muro/ que domestica a la mirada. (Roberto Juarroz)


14 febrero 2013


La aceleración define muy bien al hombre de nuestro tiempo: Heidegger, en El ser y el tiempo, señaló su incapacidad para detenerse en la contemplación y el afán creciente por novedades. Tal avidez va unida a la inquietud por lo nuevo y por el cambio, a una dispersión creciente, a un no demorarse nunca. Esas características fundan un “ser en el mundo” que es denominado “falta de paradero” como nombre del desarraigo. Ya Claude Lévi-Strauss había observado que el consumo estaba transformando a los estadounidenses en niños al acecho de novedades. Lacan se refirió a la figura del “niño generalizado” inspirándose en una fórmula de André Malraux: “No hay personas mayores”. (Silvia Ons)


13 febrero 2013


No es que escribas siempre lo mismo,/ escribes en el mismo lugar otra capa,/ más honda, de ese lugar./ Igual que las telas metálicas/ de ciertas instalaciones dejan ver otra realidad/ −remembranza, puse en el catálogo−/ que trabaja por estratos como la memoria,/ y entrevé lo de abajo,/ lo más cruel. (Noni Benegas)


12 febrero 2013


1. Lo bello, sin referencia (metonímica) a lo siniestro, carece de fuerza y vitalidad para poder ser bello.2. Lo siniestro, presente sin mediación o transformación (elaboración y trabajo metafórico, metonímico), destruye el efecto estético, siendo por consiguiente límite del mismo.3. La belleza es siempre un velo (ordenado) a través del cual debe presentirse el caos. (Eugenio Trías)


11 febrero 2013


Nadie es igual a nadie, hija mía,/ ni es cierto lo que todos creen,/ porque nada que importe se explica fácilmente./ (…)/ Te lo dice una persona que en otras se amontona,/ que trampea con cartas marcadas/ y a veces le estafan y pierde y por eso/ está harta y espera tan sólo/ que no sea tanto todo lo mismo,/ que cambie la fecha y entonces/ las cosas prescriban lentamente sin lamentos,/ que el ser sea y no parezca indicar,/ que termine de una vez lo interminable,/ que nazca otra vida del ocaso de los dioses. (Jordi Virallonga)


10 febrero 2013


Los límites del lenguaje existen, y existen millones y millones de cosas que todavía no tienen nombre, y que a lo mejor quieren ser nombradas, el sonido de la lluvia puede cambiar, de una noche a otra. La lluvia tiene mil nombres que todavía no sabemos. (Juan Gelman)