24 diciembre 2011


Haciendo el poema, descubrí que al escribir se rompen las identidades, como en el amor que no se sabe bien quién es quién, o qué es qué. En la poesía ocurre lo mismo, no se sabe quién hace el poema, si el poeta, el lector, si es un poema, u otra cosa, dónde está la poesía, si aquí, afuera, al principio, al final, en el medio, en todas partes, si no está... Pero yendo al poema, me parece que, de alguna manera esto que hablábamos anteriormente, ocurre con la idea de amor. El amor me da la impresión de que es algo que rompe con la sociedad, con la ciudad. Cuando este aparece, la sociedad queda fuera, la ciudad también. En este caso, podría pensarse al rebaño como la sociedad o como la ciudad. (Jorge Santiago Perednik)