Evidentemente mi mirada hacia las cosas del mundo,
hacia los objetos, es una mirada no natural, no laica: tomo las cosas un poco
como milagrosas. Cada objeto para mí es milagroso: tengo una visión –de manera
siempre informe, digamos así- no confesional, en cierto modo religiosa, del
mundo. Es por esto que impregno de este modo de ver las cosas también en mis
obras. (
Pasolini)