18 abril 2012


una ave coja al déspota y a su alma;/ una mancha espantosa, al que va solo;/ gorriones al astrónomo, al gorrión, al aviador!/ ¡Lloved, solead,/ vigilad a Júpiter, al ladrón de ídolos de oro,/ copiad vuestra letra en tres cuadernos,/ aprended de los cónyuges cuando hablan, y/ de los solitarios, cuando callan;/ dad de comer a los novios,/ dad de beber al diablo en vuestras manos,/ luchad por la justicia con la nuca,/ igualaos,/ cúmplase el roble,/ cúmplase el leopardo entre dos robles,/ seamos,/ estemos,/ sentid cómo navega el agua en los océanos,/alimentaos,/ concíbase el error, puesto que lloro,/ acéptese, en tanto suban por el risco, las cabras y sus crías;/ desacostumbrad a Dios a ser un hombre,/ creced... !/ Me llaman. Vuelvo. (César Vallejo)