El límite no
está fuera del lenguaje, sino que es su afuera: se compone de visiones y de
audiciones no lingüísticas, pero que sólo el lenguaje hace posibles. También
existen una pintura y una música propias de la escritura, como existen efectos
de colores y de sonoridades que se elevan por encima de las palabras. Vemos y
oímos a través de las palabras, entre las palabras. Beckett hablaba de «horadar
agujeros» en el lenguaje para ver u oír «lo que se oculta detrás». (
Gilles
Deleuze)