22 julio 2013


No nos pidas la palabra que escuadre en cada lado/ nuestro ánimo informe, y con letras de fuego/ lo manifieste y como un azafrán resplandezca/ perdido en medio de un prado polvoriento.// ¡Ah el hombre que se va seguro,/ de los demás y de sí mismo amigo,/ sin preocuparse de su sombra que la canícula/ imprime sobre un desconchado muro!// No nos pidas la fórmula que otros mundos pueda abrirte,/ sí alguna sílaba torcida y seca como una rama./ Eso sólo podemos hoy decirte,/ lo que no somos, lo que no queremos. (Eugenio Montale)