29 julio 2013


Lo que escapa del desorden del orden es clandestino, se refugia en la ley de gravedad. Anda en sangres sonámbulas que exigen que se cierre el sarcófago de Dios, se alcen vuelos de sí a la propia ignorancia sin otro abrigo que la desprotección. Este acto tiene mares sin puertos a navegar entre lecciones de pobreza, mutilaciones del espíritu, el mester incansable de la repetición. (Juan Gelman)