Canción que
fuiste sin querer/ a cantar el mundo oscuro/ y te atrapó cuando querías verlo
claro./ Caída de la claridad, mal paso,/ conejo que no atiende a la corneja/
que augura, cuelga. Y es de noche./ Que tu no ver sea el mismo que la noche/
pero regresen cada uno por su lado,/ tú por ti misma, a la casa/ por el camino
que ya sabes, o sabías./ Síguete a ti misma que la otra tiene estrellas,/
rincones, música, olfato./ Tú, tu saber, un corazón que vuelve. (
Eduardo Milán)