Construyamos el
día que se rompe,/ no demos cuerda a cada hora sino/ a la importante claridad,
al día,/ al día que llegó con sus naranjas./ Al fin de cuentas de tantos
detalles/ no quedará sino un papel/ marchito, masticado, que rodará en la
arena/ y será por inviernos devorado. (
Pablo Neruda)