Se podría pensar al arte como una especie de
inadaptación en estado de querella con lo que sucede a su alrededor. A
diferencia del entretenimiento que iza una bandera blanca frente a las
turbulencias que estremecen la paz, el arte nunca termina de entregarse por
completo. Por eso podemos ver más de una vez una película, contemplar sin
cansancio un mismo cuadro, escuchar hasta el hartazgo la misma melodía o releer
un libro como si fuera el primer encuentro con él. (
Marcos Mayer)