El mundo nace y
muere en uno,/ cualquier otra conjetura no es más que eso,/ como el amor o el
porvenir. Este poema/ será otro y único ante cada lector, así como/ tu encanto
y mi deseo son sólo míos./ Como en una linterna mágica la vida/ se pasea entre
el fulgor y la penumbra./ No somos más que viajeros asustados/ revisando un
mapa confuso. Cada mañana/ reclama carácter, la osadía de resistir/ en la
fugacidad, en lo indescifrable. (
César Bandin Ron)