¿No será eso, tal vez, la poesía? Eso que se produce al aceptar cosas -frases, imágenes, objetos, palabras- que no sabemos bien qué son o qué hacen ahí, por el solo hecho de que algo al parecer son. Recibirlas con respeto por el solo hecho de que alguna racha del destino las puso ahí, y algo significan, no importa establecer qué ni para qué: están, configuran o proponen algo, merecen que se las atienda. Algo siente uno que pasa con ellas, y con sentir eso basta.