09 enero 2013


Después de todo, ¿para qué leernos?/ La musiquilla de las pobres esferas/ suena por donde sopla el viento amargo/ que nos devuelve, poco a poco, a la tierra,/ el mismo que nos puso un día en pie/ pero bien al alcance de la huesa./ Y en ningún caso en lo alto del coro,/ Bizancio fue: no hay vuelta.// Puede que sea cosa de ir pensando/ en escuchar la musiquilla eterna. (Enrique Lihn)