Marx descubrió que en el capitalismo el valor de uso,
subjetivo, es sustituido por el valor de cambio: las cosas no valen por sí
mismas sino por el valor de mercado. En el capitalismo tardío, lo mismo vale
para los sujetos, y de ahí el drama de devenir obsoleto como les sucede a los
objetos. El culto por la juventud se basa en este principio, y la juventud se
cotiza muy bien en el mercado. (
Silvia Ons)