02 enero 2013


Esa reticencia a entregarse por completo, que forma parte de los placeres que nos propone el arte es, de alguna manera, una manera de resistir a la tentación de las certezas. Un novela o una canción se agotan cuando se sabe –o se cree saber- todo acerca de ellas. Es probable que las relecturas y renovadas escuchas sean distintos en cada uno porque no se practica la incertidumbre de la misma manera.(Marcos Mayer)