Esa reticencia a entregarse por completo, que forma
parte de los placeres que nos propone el arte es, de alguna manera, una manera
de resistir a la tentación de las certezas. Un novela o una canción se agotan
cuando se sabe –o se cree saber- todo acerca de ellas. Es probable que las
relecturas y renovadas escuchas sean distintos en cada uno porque no se
practica la incertidumbre de la misma manera.(
Marcos Mayer)