La infancia acaba devorada por los
lobos,/ la infancia final con la piel hermosísima/ y sin pausa hasta el
agotamiento.// La pasión arranca hacia la muerte como las/ semillas íntimas de
una encina sacudida.// La muerte acaba devorada por los lobos/ como roja
sangre, como roja lumbre sin/ extinción. (
Rodolfo Häsler)