15 mayo 2013


Lo que hay que decir no está dicho y flota en marismas del estruendo mundial. Ahí mesmo, abajito, donde un astro fabrica caballos del Parnaso, cavan lágrimas, guerras, dolores que fueron y se hicieron hermanos en los parajes del aujero. ¿A dónde va el fracaso de las tripas dispuestas a morir que nadie vio volar, ni dar lluvia, ni levantarse porque el invierno terminó? Húndase la cabeza en tal pantano para saber qué luz había, qué guitarras, qué música, cómo el valor desperdiciado tocó un piano sin teclas, la impostura de ganarle a la muerte. Beber dos tragos de la novia, el miedo puro, fallos de la conciencia, el extraño sabor de la ignorancia y enfrente Ella, la que todo termina y se mece en un niño que canta. (Juan Gelman)