08 mayo 2013


Montaigne piensa que la virtud social fundamental es más la empatía que la simpatía. En las anotaciones de un diario que lleva en su pequeña propiedad rural, compara constantemente sus hábitos y gustos con los de sus vecinos y trabajadores. Por supuesto, lo que más le interesa son las similitudes, pero también toma buena nota de las peculiaridades. Efectivamente, para mantenerse juntos, todos han de prestar atención a las diferencias y disonancias mutuas. (Richard Sennett)