10 septiembre 2006


Ni el pan de la razón ni el pan de la locura/ ni el pensamiento sólido ni el pensamiento líquido/ saben tanto del hombre como el cráneo nublado/ por el aburrimiento./ (…) El vidente que guarda la muerte en sus pupilas,/ todo lo ve más claro bajo el aburrimiento./ Por eso ve detrás de los rostros la nada,/ como si fuera un adivino.// Si los huesos terminan en trigo o en carbón,/ el pensamiento en cambio se nutre del hastío./ La carrera es difícil. Corramos hasta el fin/ para saber qué pasa. (Gonzalo Rojas)