01 febrero 2007


La eternidad ignora las costumbres,/ le da lo mismo rojo que azul tierno,/ se inclina al gris, al humo, a la ceniza./ Nombre y fecha tú grabas en un mármol,/ los roza displicente con el hombro,/ ni un montoncillo de amargura deja./ Y sin embargo, ves, me aferro al lunes/ y al día siguiente doy el nombre tuyo/ y con la punta del cigarro escribo/ en plena oscuridad: aquí he vivido. (Eliseo Diego, chez Zaidenwerg)