Viñas se tira otra vez con todo contra la sacralización en la literatura , y tiene razón. Pero tiene razón en el contexto en que él lo dice, o en el que él cree que lo dice, porque Viñas, por más genial que sea, atrasa, y atrasa más de una década. Ya otros, portando la pancarta “abajo la sacralización y el canon”, hicieron el trabajo, y ahora, en vez de la sacralización, impera la moda. No hay por qué quedarse con ninguna de las dos y no me quedo, pero, si me obligaran a elegir entre sacralización y moda, aguante la sacralización. Acá hace rato que lo tiramos del pedestal a Borges (salvo en los homenajes oficiales), para quedarnos con lo peor de Borges, lo que Borges casi no podía reconocer en sí mismo porque lo despreciaba, y que hoy persiste como marca de sentido en los gestos y los actos, completamente libre ya del sello “Borges”.
11 febrero 2007
Viñas se tira otra vez con todo contra la sacralización en la literatura , y tiene razón. Pero tiene razón en el contexto en que él lo dice, o en el que él cree que lo dice, porque Viñas, por más genial que sea, atrasa, y atrasa más de una década. Ya otros, portando la pancarta “abajo la sacralización y el canon”, hicieron el trabajo, y ahora, en vez de la sacralización, impera la moda. No hay por qué quedarse con ninguna de las dos y no me quedo, pero, si me obligaran a elegir entre sacralización y moda, aguante la sacralización. Acá hace rato que lo tiramos del pedestal a Borges (salvo en los homenajes oficiales), para quedarnos con lo peor de Borges, lo que Borges casi no podía reconocer en sí mismo porque lo despreciaba, y que hoy persiste como marca de sentido en los gestos y los actos, completamente libre ya del sello “Borges”.