09 julio 2008


¿Hacer otra política entonces? Hacer otra y hacer esta. Hacer otra, haciendo esta. Renunciar a hacer esta para hacer la otra, es suicidarse o conformarse con admirar la impecable encarnación de una verdad incontaminada que le devuelve a uno el espejo. Hacer sólo esta, sin tener en cuenta la otra, es resignarse a que todo sea a fin de cuentas la repetición de lo mismo, aceptar el juego no porque no hay más remedio sino porque uno no quiere complicarse la vida. Ni ingenuos por ignorar las limitaciones que imponen las condiciones reales, ni ingenuos por no ver qué bulle detrás de esas condiciones reales, qué implica dar por sentado que lo que parece es tal como parece, que no hay ninguna otra cosa ahí.