¿Es la desposesión el origen del poema/ o la orfandad? ¿O ambos de Orfeo?/ Abrir así tiene el sentido contrario/ a la afirmación: ¡árboles! ¡valle!,/ lo que habla de un afuera bien provisto,/ de una mesa bien dispuesta entre animales./ Quien se sitúa allí en el medio puede/ describir, sentirse parte, todo./ Es diferente entrar al desierto sin un libro/ en compañía de una manta. Podrá escuchar,/ inventará la palabra del silencio,/ tendrá frío. (
Eduardo Milán)