Lo poco que Nulla sabe de él lo vuelve sin duda enigmático, pero con cierta ironía se dice que después de todo hasta de aquello que nos es familiar sabemos poco, por la simple razón de que nos hemos resignado a olvidarnos de su parte misteriosa. Cuantitativamente, se dice, pero sin que una sola palabra coopere con su pensamiento, sé tan poco de él como de mí mismo. (Juan José Saer, La grande)