Ordeno mi biblioteca, mi discoteca, mi hemeroteca,/ dejo de fumar, de tomar, de escupir en el suelo,/ sales para el aparato digestivo, para el páncreas,/ y al hígado lo dejo entre su caja, limito sus funciones,/ me acuesto y me levanto como un gallo/ en un país solar, gimnasia cada día,/ y pienso en todo el mundo, nunca en mí. (
¿Ante
quién te disculpas, pelotudo?) (
Antonio Cisneros)