Si en el arcón de
la suerte,/ ahí donde nadie lo sabe,/ tiene guardada la muerte/ la oscuridad de
sus trajes:/ no voy ninguno a ponerme,/ Señora, cuando me llames./ Muerte, al
arcón ni te acerques:/ ahí mismo voy a encerrarte./ Pero uno hace lo que puede,/
y por eso estoy cantándoles:/ no he de encerrar a la muerte,/ porque no tengo
la llave. (
Balada del que perdió la llave)