30 diciembre 2015
29 diciembre 2015
28 diciembre 2015
27 diciembre 2015
Creo que no hay que hacerles concesiones a los lectores. Cuando Pasolini leyó a cierto autor latinoamericano dijo una frase perfecta y lapidaria: "Considera a su público como si fuese su productor". Mi obligación como escritor es que la cosa funcione. Si después al lector no le gusta, ese es un riesgo que corro. El lector tiene que ir hacia el libro y no el libro hacia el lector. Yo fui siempre hacia los libros; ningún libro me vino a buscar. Sería pretencioso pensar que Kafka escribió La metamorfosis pensando en mí. Ahora hay un sistema de promoción de todo lo que es convencional. Son entonces las novelas convencionales las que se venden más, son los personajes más convencionales los que aparecen por televisión, pero eso no importa. Pienso que los libros tienen que vivir por sí solos como vivieron para mí, el día que descubrí en una mesa de saldos una novela de Faulkner o cuando tenía 15 años y descubrí en una antología de poesía los nombres de Vallejo, de Salinas, de Neruda. Esas son las mejores experiencias de mi vida. Juan José Saer
26 diciembre 2015
Los medios masivos suelen valorar mucho más la "credibilidad" que la "veracidad", cuando debería ser al revés. Cuando la verdad queda sepultada por la calumnia, ¿nos da lo mismo? El método más sencillo para volverte creíble es decir lo que el otro quiere oír. "Yo le creo a X". ¿Y por qué motivo le creés? ¡Porque sus prejuicios confirman los tuyos! Karl Kraus, periodista vienés, decía: "El secreto de la demagogia es parecer tan tonto como su audiencia para que esta gente se piense a sí mismos tan inteligentes como el demagogo". Entiendo que Kraus solía ser bastante elitista, y sin embargo creo que tenía mucha razón. Rodrigo Herrero
23 diciembre 2015
22 diciembre 2015
Si algún “yo”, dentro de las multiplicidades que atraviesan y conforman un ser humano, puede decir claramente por qué nos enamoramos de esta mujer, por qué tomamos las armas en ese momento, por qué luchamos, por qué un color en este cuadro, por qué un sonido, por qué un atardecer…; si algún “yo” puede explicar esto, es simplemente porque el “yo” es una mentira./ Blaise Pascal escribió que “el yo es odiable”. Más pienso en mí, menos existo./ Pobre pequeñito “yo”, un nombre, una cédula de identidad, una fecha de nacimiento, así definía Novalis a esta triste instancia que nos invita a traicionarnos, a traicionar lo que desde la época nos da vida y nos atraviesa, nos convoca y nos llama. Miguel Benasayag
21 diciembre 2015
Es probable que la política mate el intento poético de encontrar morada en este mundo. Que el "maquiavelismo" de sus procedimientos confisque las energías transformadoras del colectivo. Que la Emancipación no llegue nunca y que si llega le robe su parte a la vida. Y que la arbitrariedad de la decisión le robe su potencia a lo que surgió de modo contingente. Y que en cualquier momento todo se revele como un llamado a un nuevo Amo. Tienen razón los que ven una y otra vez cómo se balancea el intento, entre la impotencia y la imposibilidad. Pero siempre se tratará de hacer algo con lo que han hecho con uno. Jorge Alemán
20 diciembre 2015
19 diciembre 2015
La vida me parece misteriosa, mi presencia en la Tierra me parece misteriosa. Muchas veces, cuando termino un poema, no estoy muy seguro, aunque generalmente estoy seguro de lo que he dicho, siempre hay un elemento inexplicable. Creo que los poemas de otros poetas que me atraen tienen algún elemento inexplicable. Siento al mismo tiempo familiaridad con el poema y perplejidad. Creo que la presencia de esos dos elementos es esencial para la poesía. Mark Strand
16 diciembre 2015
El poema es la cápsula donde encerramos nuestros secretos punibles. Y si adquieren su virtud específica es porque encubren el único germen de vida, la facultad de desarrollar su estructura secreta hasta en los detalles ínfimos de nuestros pensamientos. Es por eso que escribimos, para que el grano se levante y de esta manera el poema se convierta en la prueba más sólida de la permanencia de la vida que puede reconocer la experiencia. William Carlos Williams
15 diciembre 2015
14 diciembre 2015
13 diciembre 2015
12 diciembre 2015
09 diciembre 2015
08 diciembre 2015
Por supuesto que a veces –y este es el rasgo más preciso y horrible del totalitarismo- se presupone que los conflictos son intolerables y debe saldarse mediante la eliminación de uno de los contendientes para establecer una especie de armonía inmóvil. Las utopías suelen auspiciar ese mundo estático para siempre. Es el orden de la muerte, de la peor muerte porque simula que la vida continúa. El 1984 de George Orwell narra ese post-mundo, ese orden donde el poder penetra cada espacio hasta el extremo de no poder reconocerlo. Ese fin del mundo humano –la eliminación del conflicto– tiene dos claves: la construcción de un lenguaje sin espesor porque no hay espacio para la metáfora, y la imposición de una memoria única que impone un necesario presente. El poder se cierra en sí mismo. Me pregunto ahora si el mundo que habitamos, en un largo marchitarse, no empieza a parecerse a la ficción orwelliana. Héctor Schmucler
07 diciembre 2015
05 diciembre 2015
No estoy pensando, cuando digo “resistencia”, en la resistencia peronista posterior al 55 ni en la resistencia francesa a la ocupación nazi. No le doy ninguna dimensión épica a la palabra ni imagino actos heroicos: a lo que me refiero es a un vivir sosteniendo lo que vale la pena sostener, a pesar de lo que establezca el mezquino consenso generalizado o la opinión pública. A mantener la capacidad de pensar, sentir y actuar por fuera de la visión hegemónica me refiero, a no dejar aplastadas las aspiraciones a una vida menos mezquina ni desanimarnos ante la evidencia de que casi todo parece jugar en contra, a ir concretamente viviendo modos de encarar la vida y situarse en la sociedad acordes con los valores que a uno realmente le importan. Saber encontrar los lugares donde esas maneras de vivir y esos valores sean posibles, o crearlos, mantener ámbitos de encuentro y de intercambio, redes de solidaridad, relaciones de afecto, ocasiones para desplegar a fondo el pensamiento y la sensibilidad, no afuera de la sociedad en que uno vive sino abriendo en ellas espacios y situaciones, rehabitándola. Y hacer todo lo que se pueda, por supuesto, para no dejar que avancen los intentos de destrucción, muerte o aplanamiento, e incluso revertirlos, de la manera menos solitaria posible, en conjunto con otros, los que quieran, cuantos más mejor.
04 diciembre 2015
03 diciembre 2015
02 diciembre 2015
Las personas atrapadas en la vorágine de los asuntos humanos están ocupadas en conseguir provecho para sí mismos y reducen la vida a la lucha por conseguir alguna ventaja personal, actitud que alimenta el conflicto social./ […] Apenas tienen energía para ocuparse de los asuntos mundanos y ni siquiera les alcanza para vislumbrar que el mundo está hecho de misterio, porque se quedan atrapadas en lo conocido, ese país donde el misterio está prohibido./ Quienes viven así, encerrados en lo conocido, se resisten a las transformaciones y terminan por luchar contra la vida misma, porque no aceptan la muerte que trae consigo cada cambio. Kung Tien
01 diciembre 2015
Que se cumpla lo que se ha pensado./ Que se rían de sus pasiones./ Lo que ellos llaman pasiones no es energía del alma./ Es un cruce entre el alma y el mundo externo./ Lo más importante es que crean en sí mismos./ Que sean débiles como los niños./ Cuando el hombre nace, es débil y flexible./ Cuando muere es duro, como el árbol viejo./ La dureza y la fuerza son amigas de la muerte./ La agilidad y la debilidad indican la frescura del ser./ Por eso, nunca triunfará lo que se endurece. Andrei Tarkovski
30 noviembre 2015
Los propios críticos traicionan su papel de críticos; los autores traicionan su responsabilidad y su rigor, y existe la vasta complicidad del público, que no es inocente en este asunto, pues acepta el juego y se adapta a lo que se le da. El conjunto es instrumentalizado, utilizado por un sistema anónimo a su vez. Todo esto no es el acto de un dictador, de un puñado de grandes capitalistas o de un grupo de creadores de opinión; es una inmensa corriente social-histórica que va en esa dirección y hace que todo se vuelva insignificante. Evidentemente, la televisión ofrece el mejor ejemplo de esto: si algo se coloca en el centro de la actualidad durante 24 horas, se vuelve insignificante y deja de existir después de esas 24 horas, porque se encontró o se debe encontrar otra cosa que tomará su lugar. Culto de lo efímero que exige al mismo tiempo una contracción extrema: lo que se llama en la televisión estadounidense el attention span, la duración útil de la atención de un espectador, era de diez minutos todavía hace algunos años, para caer gradualmente a cinco minutos, a un minuto, y ahora a diez segundos. El spot televisivo de diez segundos es considerado el medio de comunicación más eficaz; es el que se utiliza durante las campañas presidenciales, y es totalmente comprensible que esos spots no contengan nada sustancial, sino que estén consagrados a insinuaciones difamatorias. Aparentemente, es lo único que el espectador es capaz de asimilar. Eso es a la vez verdadero y falso. La humanidad no se ha degenerado biológicamente, las personas todavía son capaces de poner atención a un discurso argumentado y relativamente largo; pero es cierto también que el sistema y los medios de comunicación "educan" (a saber, deforman sistemáticamente) a las personas, de tal modo que no puedan finalmente interesarse en nada que sobrepase algunos segundos, o algunos minutos como máximo./ Ahí hay una conspiración, no en el sentido policial, sino en el sentido etimológico: todo eso "respira junto", sopla en la misma dirección de la de una sociedad donde toda crítica pierde su eficacia. Cornelius Castoriadis
29 noviembre 2015
Los imbéciles viven en un mundo artificial y falso: basados en el poder que se puede ejercer sobre otros, niegan la rotunda realidad de lo humano, a la que sustituyen por esquemas huecos. El mundo del poder es un mundo vacío de sentido, fuera de la realidad. La poesía es una mística de la realidad. El poeta busca en la palabra no un modo de expresarse sino un modo de participar en la realidad misma. Aldo Pellegrini
28 noviembre 2015
27 noviembre 2015
Si te postran diez veces, te levantas/ otras diez, otras cien, otras quinientas:/ no han de ser tus caídas tan violentas/ ni tampoco, por ley, han de ser tantas./ Con el hambre genial con que las plantas/ asimilan el humus avarientas,/ deglutiendo el rencor de las afrentas/ se formaron los santos y las santas./ Obsesión casi asnal, para ser fuerte,/ nada más necesita la criatura,/ y en cualquier infeliz se me figura/ que se mellan los garfios de la suerte.../ ¡Todos los incurables tienen cura/ cinco segundos antes de su muerte! Pedro B. Palacios, Almafuerte
26 noviembre 2015
25 noviembre 2015
19 noviembre 2015
17 noviembre 2015
13 noviembre 2015
Simplificando mucho, hay intelectuales que por distintas tradiciones teóricas sueñan con un acuerdo como núcleo último de sentido; y otros que se conciben a sí mismos como muy radicales, que se sostienen en el desacuerdo irremediable y se refugian en la filosofía, en la ética o en la estética; y por último, la izquierda populista, el gobierno griego y Podemos, que intentan un saber hacer con el desacuerdo irreductible que habita el corazón de cualquier construcción social. Jorge Alemán
12 noviembre 2015
11 noviembre 2015
Cualquiera puede opinar. Pero está visto que predomina esa visión liberal atomista que cree es posible la pacificación del espacio social; así los individuos se desplazarían libremente por el medio neutro que los cobija sin fricción. Nada más alejado de la superficie fibrada, real, donde se traman las relaciones de poder que nos constituyen. Por supuesto, para aprehender semejante espacio hace falta saber, y hace falta cuidado. Nada de eso entienden los espíritus liberales y sus abstracciones de buenas ondas y frases sueltas. Roque Farrán
10 noviembre 2015
09 noviembre 2015
08 noviembre 2015
"El tribunal de la razón clasifica./ La división de clases aprovecha la lógica clasificatoria. La clasificación no sólo separa identidades, sino que establece distinciones, jerarquiza preferencias, declara beneficios, propaga destinos./ Hay una secreta complicidad entre la clasificación y la desigualdad./ La clasificación lastima la continuidad de las cosas./ Las instituciones son pequeños o grandes reinos clasificatorios./ Se podría decir que Dios no creó el mundo, sino que lo clasificó./ La razón occidental exhibe su furia clasificatoria como si fuera su más sofisticado aporte racional./ No hace falta decir que las clasificaciones no simpatizan con lo que se mueve./ La clasificación colecciona inmovilidades." Marcelo Percia
08 junio 2015
06 junio 2015
no hay nada peor que un sueño digno./ es la única prueba de que está ocurriendo. cuidado/ con lo que ya aprendiste de memoria, desocupado lector,/ porque podés llegar a creer que lo conocés, incluso que es/ de tu propiedad. confío en las palabras, en la oscuridad / de la vida. forma parte de mi guerra. Alberto Cisnero
25 mayo 2015
14 mayo 2015
Lo único que importa en la poesía es que, a veces, tus ojos se encuentran con unas palabras, o tus oídos, y algo pasa, inusitado, que no alcanzás a saber bien qué es, ni hace falta saberlo. Todo lo demás es simulación, farsa, hipocresía, relaciones sociales, entretenimiento, vanidad, ejercicio de competencias profesionales, modos de hacer carrera y/o de escaparle a la soledad que nos constituye.
12 mayo 2015
11 mayo 2015
El respeto, si no queda reducido a un gesto piadoso con los mayores o de cuidado ante la autoridad institucional, podría ser proximidad receptiva con lo que no se entiende. Respeto: hospitalidad con lo no conocido, deferencia con la diferencia, estima por lo extraño. El entusiasmo por las ideas, el deseo de pensar de otro modo, la fogosa inconformidad con lo existente, todo eso no pide acatamiento ni repetición, sino respeto. Marcelo Percia
08 mayo 2015
05 mayo 2015
04 mayo 2015
La memoria sufre accidentes cada vez/barre continuos y pasa de su centro activo a desarticulaciones de las máscaras. Sangra como sangra el mundo y sus certezas caen en cal viva. En el olvido de olvidar no hay descanso, el que murió muere otra vez y golpes lívidos cocean a las conjugaciones de la fuga. Saliva fría de la hoguera donde arden los que arrancaron la hoja blanca. En las bondades del engaño se pudren los ciclones. El amor gira y gira en el círculo más ciego, lo único que queda. Juan Gelman
01 mayo 2015
A través de la mediación de la sociedad total, que invade todas las relaciones y todos los impulsos, los hombres son reducidos de nuevo a aquello contra lo cual se había vuelto la ley de desarrollo de la sociedad, el principio del sí mismo: a simples seres genéricos, iguales entre sí por aislamiento en la colectividad coactivamente dirigida. Los remeros, que no pueden hablar entre sí, se hallan esclavizados todos al mismo ritmo, lo mismo que el obrero moderno en la fábrica, en el cine y en el transporte colectivo. Son las condiciones concretas de trabajo en la sociedad las que imponen el conformismo, y no las influencias conscientes que, adicionalmente, harían estúpidos a los hombres dominados y los desviarían de la verdad. Theodor W. Adorno
30 abril 2015
El respeto de la persona humana no es para Kant sino un ejemplo; la persona humana no es sino un ejemplo de la ley que he de respetar. Para Lévinas la noción de respeto, antes de ser un mandamiento, describe la situación de distancia infinita de la que hablábamos: el respeto es la mirada, la mirada a distancia. Y, como sabe, Lévinas redefine a la persona, al yo y al otro como rostros. Lo que denomina el rostro, a la vez en la tradición judaica y según una nueva terminología, tiene derecho al respeto. Desde el momento en que estoy, en relación con el rostro del otro, en que hablo al otro y en que escucho al otro, la dimensión del respeto está abierta. Después resulta preciso, naturalmente, hacer que la ética esté en consonancia con esa situación y que resista a todas las violencias que consisten en reprimir el rostro, en ignorar el rostro o en reducir el respeto. Jacques Derrida
28 abril 2015
“Las palabras me anteceden y me sobrepasan,” dice un personaje de Clarice Lispector. “Me tientan y me modifican, y si no me cuido será demasiado tarde: las cosas se dirán sin que yo las haya dicho”. No es exactamente así, aunque a primera vista parece, que surge la poesía, o cierta poesía, la mejor o la más productiva (y la propia escritura de Lispector), porque lo que le ocurre a ese personaje es lo que nos ocurre siempre a todos. Así es como surge lo que escribimos la mayoría de las veces en Facebook o en Twitter: chorros de palabras anticipándose a nosotros, hablando por nosotros con tal de hacerse presentes, como nos pasa en la vida cotidiana. La escritura poética o literaria implica una negociación con las palabras o una danza con las palabras, o cualquier escritura que asuma la responsabilidad de no ceder a la trivialización de la palabra, y del pensamiento por ende.
24 abril 2015
No se trata de poner la pluma al servicio de una causa, por justa que sea, sino de introducir el fermento contestatario de esta en el ámbito de la escritura. Encajar la trama novelesca en el molde de unas formas reiteradas hasta la saciedad condena la obra a la irrelevancia y una vez más, en la encrucijada, Cervantes nos muestra el camino. Su conciencia del tiempo “devorador y consumidor de las cosas” del que habla en el magistral capítulo IX de la Primera Parte del libro le indujo a adelantarse a él y a servirse de los géneros literarios en boga como material de derribo para construir un portentoso relato de relatos que se despliega hasta el infinito. Como dije hace ya bastantes años, la locura de Alonso Quijano trastornado por sus lecturas se contagia a su creador enloquecido por los poderes de la literatura. Volver a Cervantes y asumir la locura de su personaje como una forma superior de cordura, tal es la lección del Quijote. Al hacerlo no nos evadimos de la realidad inicua que nos rodea. Asentamos al revés los pies en ella. Digamos bien alto que podemos. Los contaminados por nuestro primer escritor no nos resignamos a la injusticia. Juan Goytisolo
21 abril 2015
16 abril 2015
14 abril 2015
En términos generales, creo que las personas cultivadas admiran más de lo que desprecian, entre otras cosas porque el desprecio suele ser hijo de la ignorancia, el resentimiento, la soberbia, el prejuicio y/o cierta tendencia al cualunquismo. No por nada el asombro filosófico del niño es el motor que lo hace aprender. Escucho y leo muchos argentinos despreciar tal o cual aspecto cultural de un país limítrofe, pero al indagar un poco noto que no son muy cultos que digamos. Te entiendo un poco más, pero sólo un poco más, si luego de ningunear la totalidad de una determinada cultura me citás un aforismo de Nietzsche en alemán, me abrumás con tus conocimientos de historia latinoamericana o de literatura francesa. Tu desprecio es una forma de autobiografía. Más allá de que admirar a ciertos personajes poco recomendables también sea una forma de autobiografía. Si me preguntan por la cultura húngara, simplemente respondo: no conozco lo suficiente como para opinar. Rodrigo Herrero
13 abril 2015
Nunca sufras por no tener opiniones en relación a varios temas. Nunca sufras por no ser algo o por serlo. Y acostúmbrate: lo que sentiste –sobre lo que más te gusta en el mundo– tal vez haya sido a costa de no tener una opinión puntual sobre los grandes hombres. Tendrás que dar muchas cosas para tener otras. Clarice Lispector
12 abril 2015
Desde las vanguardias de fin de siglo XIX, y especialmente de las de los años veinte del siglo pasado, las artes se han vuelto muy insurreccionales respecto de los relatos hegemónicos, tanto de las narrativas nacionales con pretensiones de cohesionar a una sociedad como con otras formas de folclore o de agrupamiento y sedimentación en un solo sentido. El arte ha sido avanzado en hacer estallar los sentidos convencionales de las sociedades. Eso no se ha perdido por más que el posmodernismo haya declarado caducas las vanguardias. Este sentido de innovación, de apertura a lo no dicho, a lo que todavía podría inventarse sigue vibrando. Néstor García Canclini
11 abril 2015
La idea de consumo tiene una fuerza especial porque está vinculada a la idea de adquirir, de poseer. Eso que llamamos consumo, entre otras muchas cosas, es la ilusión de posesión, es la ilusión de ´ser dueño de´, o sea de advenir siendo a través de la idea de propiedad y la práctica propietaria. Entonces sólo obtienen la ilusión de ser aquellos que pueden ´ser propietarios de´. Y el consumo es un vehículo que plantea la posibilidad de vivir como si en la vida pudiéramos ser dueños de algo. ¿Pero qué más es el consumo? Podríamos decir que el capitalismo es una fábrica que produce, no bienes de producción, sino que produce consumidores. Eso que llamamos criatura humana, en la civilización del presente, se deja decir mejor por la existencia consumidora. El capitalismo, antes de producir bienes, produce la vivencia consumidora, produce existencias sociales que a través de advenir o nacer como consumidores, tienen también la vivencia de libertad. La libertad que produce el capitalismo, es la libertad de consumo. La idea de consumo es una ilusión y ficción de libertad. Antes de la producción, no hay nada. Marcelo Percia
10 abril 2015
25 marzo 2015
24 marzo 2015
La memoria sufre accidentes cada vez/barre continuos y pasa de su centro activo a desarticulaciones de las máscaras. Sangra como sangra el mundo y sus certezas caen en cal viva. En el olvido de olvidar no hay descanso, el que murió muere otra vez y golpes lívidos cocean a las conjugaciones de la fuga. Saliva fría de la hoguera donde arden los que arrancaron la hoja blanca. En las bondades del engaño se pudren los ciclones. El amor gira y gira en el círculo más ciego, lo único que queda. Juan Gelman
13 marzo 2015
12 marzo 2015
08 marzo 2015
07 marzo 2015
05 marzo 2015
Para tener una visión no era necesario que la cosa fuera triste o alegre o se manifestara. Bastaba con que existiera, preferentemente quieta y silenciosa, para sentir en ella la marca. Por Dios, la marca de la existencia… Pero no había que buscarla, dado que todo lo existente forzosamente existía… Y la visión consistía en sorprender el símbolo de las cosas en las cosas mismas. Clarice Lispector
04 marzo 2015
28 febrero 2015
No hay ejercicio intelectual que no sea finalmente inútil. Una doctrina es al principio una descripción verosímil del universo; giran los años y es un mero capítulo -cuando no un párrafo o un nombre- de la historia de la filosofía. En la literatura, esa caducidad es aún más notoria. El Quijote -me dijo Menard- fue ante todo un libro agradable; ahora es una ocasión de brindis patriótico, de soberbia gramatical, de obscenas ediciones de lujo. La gloria es una incomprensión y quizá la peor. Jorge Luis Borges
27 febrero 2015
Es verdad que la filosofía es inseparable de una cierta cólera contra su época, pero también que nos garantiza serenidad. Ello no obstante, la filosofía no es un Poder. Las religiones, los Estados, el capitalismo, la ciencia, el derecho, la opinión o la televisión son poderes, pero no la filosofía. La filosofía puede implicar grandes batallas interiores (idealismo–realismo, etc.), pero son batallas irrisorias. Al no ser un Poder, la filosofía no puede librar batallas contra los poderes, pero mantiene, sin embargo, una guerra sin batalla, una guerra de guerrillas contra ellos. Por eso no puede hablar con los poderes, no tiene nada que decirles, nada que comunicar: únicamente mantiene conversaciones o negociaciones. Y, como los poderes no se conforman con ser exteriores, sino que se introducen en cada uno de nosotros, gracias a la filosofía todos nos encontramos constantemente en conversaciones o negociaciones y en guerra de guerrillas con nosotros mismos. Gilles Deleuze
26 febrero 2015
El lirismo más puro es siempre arcaico. Señala una sola cosa: nuestra pertenencia. A la casa de lo humano, a la casa de la materia, por supuesto, y al pequeño pago de la lengua. Gloria y fragilidad de su sentido puesto en duda, afirmado, puesto en duda..., en medio del gran coro, por la idiota de la familia, es decir, la voz de la poesía. Diana Bellessi
25 febrero 2015
Dado que la gente tiene cada vez menos inhibiciones, o no demasiadas, sin estar por ello ni una pizca más sana, un método catártico cuya norma no fuese la perfecta adaptación y el éxito económico tendría que ir encaminado a despertar en los hombres la conciencia de la infelicidad, de la general y de la propia e irremediable derivada de la primera, y a quitarles las falsas satisfacciones en virtud de las cuales se mantiene en ellos con vida el orden aborrecible que externamente da la apariencia de no tenerlos en su poder. Theodor W. Adorno
24 febrero 2015
Porque la mayoría de las personas, en lugar de leer lo mejor que se ha producido en las diferentes épocas, se reduce a leer las últimas novedades, los escritores se reducen al círculo estrecho de las ideas en circulación, y el público se hunde cada vez más profundamente en su propio fango. Arthur Schopenhauer
23 febrero 2015
22 febrero 2015
ODIOS// La velocidad inútil./ La agitación inútil./ La publicidad, es decir, la impostura./ La rivalidad económica llevada al paroxismo./ La fabricación de objetos inútiles./ El sometimiento y embotamiento de las masas/ ocupadas en fabricar esos objetos./ La separación del hombre de las formas animales y vegetales vivas./ El ruido mecánico. Margueritte Yourcenar
21 febrero 2015
20 febrero 2015
19 febrero 2015
17 febrero 2015
Piedad para los equivocados, para/ los que apuraron el paso y los torpes/ de lentitud. Para los que hablaron bajo tortura/ o presión de cualquier tipo, para los que supieron/callar a tiempo o no pudieron mover/ un dedo; perdón por los desaires con que me trata/ la suerte; por titubeos y balbuceos. Perdón/ por el campo que crece en estos espacios de la época/ trabajosa, soberbia. Perdón/ por dejarse acunar entre huesos/ y tierras, sabihondos y suicidas, ardores/ y ocasos, imaginaciones perdidas y penumbras. Francisco Urondo
15 febrero 2015
14 febrero 2015
12 febrero 2015
11 febrero 2015
La experiencia de la estructura es triste,/ pero al revelar la contingencia del contenido,/ autoriza la esperanza.// Ésa es la función del arte: autorizar la esperanza,/ Pero la condición de posibilidad de esta esperanza es la imposibilidad de su concreción./ El valor de la esperanza es que carece de valor de uso./ La esperanza es el formalismo más triste que hay. Ben Lerner
10 febrero 2015
No buscaré una explicación a todas las cosas. Sé que su explicación, como su origen, debe permanecer oculta en el infinito. Pero quiero que mi comprensión me produzca a lo que es por definición inexplicable; quiero que lo inexplicable continúe siéndolo, no porque no sean justas las exigencias de mi razón (esas exigencias son justas y no puedo comprender nada fuera de ellas), sino porque percibo los límites de mi inteligencia. Quiero comprender de tal manera que cada postulado inexplicable se me aparezca como una necesidad de la razón, y no como una obligación de creer. Leon Tolstoi
09 febrero 2015
08 febrero 2015
En la medida en que el periodismo es una mercancía que tenés que vender, y que por eso volver competitiva en el mercado, no podés esperar que sea completamente honesto, o que cumpla del todo las funciones que, se supone, le corresponde cumplir al periodismo. Lo mismo para el arte, la literatura, etcétera, tanto en sus relaciones con el mercado de bienes económicos como con el mercado de bienes simbólicos.
06 febrero 2015
05 febrero 2015
04 febrero 2015
03 febrero 2015
02 febrero 2015
01 febrero 2015
31 enero 2015
30 enero 2015
29 enero 2015
Existe siempre durante el acto de leer un momento, intenso y plácido a la vez, en el que la lectura se trasciende a sí misma, y en el que, por distintos caminos, el lector, descubriéndose en lo que lee, abandona el libro y se queda absorto en la parte ignorada de su propio ser que la lectura le ha revelado: desde cualquier punto, próximo o remoto, del tiempo o del espacio, lo escrito llega para avivar la llamita oculta de algo que, sin él saberlo tal vez, ardía ya en el lector. Juan José Saer
28 enero 2015
Lo crédulo del ojo flota en la pura tensión superficial:/ como un mosquito que camina en el agua, la mirada/ no entiende ni la profundidad ni la fórmula del mundo:/ una parte de luz diluida en noventa y nueve de sombra./ El ojo es flor carnívora que creció equivocada: muerde/ lo que no hay, y su dentellada engorda el ojo del amo./ Encandilados por esta fracción de luz, vamos de tumbo/ en tumba, pero es lo oscuro, su hambre gravitatoria,/ su vocación de grumo, lo que dice cómo y dónde caer./ Ceguera, ceguera y ceguera. El resto es lo que somos. Bruno Di Benedetto
27 enero 2015
Pues también poseemos ventajosamente esto: el ser atrevidos y deliberar especialmente sobre lo que vamos a emprender; en cambio en los otros la ignorancia les da temeridad y la reflexión les implica demora. Podrían ser considerados justamente los de mejor ánimo aquellos que conocen exactamente lo agradable y lo terrible y no por ello se apartan de los peligros. Pericles
26 enero 2015
Ha habido cambios, la cosa ni está a la vuelta de la esquina, ni es tan sencilla, ni es tan romántica como pudo haber parecido. Y compromete el trabajo tal vez de varias generaciones, pienso. Pero está en la razón de la sobrevivencia de la especie humana. El capitalismo como va nos lleva a una especie de suicidio. La cuestión del socialismo no es una cuestión de oportunidad, es una cuestión de sobrevivencia de la especie arriba del planeta, que tiene que darse límites, que no puede ser absolutamente infinita ni aplastar y someter y despreciar todas las otras formas de vida. […] Si el asunto es vender autos y vender autos y vender autos y vender autos y vender autos... ¡dale pa’ adelante! Después no sabés ni dónde los vas a poner, ni si las calles te dan y hacés ciudades cada vez más macro, más macro, más grandes, más grandes. Entonces, en lugar de ir a trabajar en una bicicleta o ir caminando, no... tenés que tener un auto. Dejate de joder. Eso hay que revisar, loco. La vida tiene que ser otra cosa, no jodan... José Mujica
25 enero 2015
23 enero 2015
22 enero 2015
Hasta el árbol que florece miente en el instante en que percibe su florecer sin la sombra del espanto; hasta la más inocente admiración por lo bello se convierte en excusa de la ignominia de la existencia, cosa diferente, y nada hay ya de belleza ni de consuelo salvo para la mirada que, dirigiéndose al horror, lo afronta y, en la conciencia no atenuada de la negatividad, afirma la posibilidad de lo mejor. Theodor W. Adorno
15 enero 2015
Es tan crítica la soledad/ donde se cuecen/ los signos personales y las rupturas/ de la emoción, y tan grave/ el decoro, tan torpe,/ que el gesto de enviar/ estos poemas abiertos/ sólo quiere decir estoy vivo,/ el escándalo mental encuentra límites/ en la poesía, en la mesura/ de razón e imaginación. Rodolfo Godino
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